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Baccara


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Si preguntamos cuál fue el primer español que consiguió un nº 1 absoluto de ventas en Gran Bretaña, seguramente unos contestarían que Los Bravos, otros dirían Julio Iglesias. Pues no. Los Bravos fueron nº 2 y Julio sería nº 1 cuatro años después que Baccara consiguiera la hazaña con su primer hit: “Yes, Sir, I can boogie”.

Venderían cerca de quince millones de copias en todo el mundo y entraría en el Guiness como el disco más vendido de un grupo femenino en toda la historia de la música. Pero no cojamos el rábano por las hojas.

 La historia empieza unos años antes, cuando la riojana Mayte Mateos y la madrileña María Mendiola coinciden en 1974 en TVE, que por entonces mantenía un ballet estable que actuaba en varios de sus programas. En 1976 quedan en el paro y deciden formar un dúo artístico que bautizan como Venus. Ninguna de las dos era cantante ni cantaba entonces especialmente bien. Lo suyo era el baile y ya se sabe que es complejo bailar sin música, por lo que deciden preparar su propio material sonoro. Se presentan en enero de 1977 en el programa “Palmarés” en una actuación en la que lo único destacable fue la longitud de sus piernas y la brevedad de sus shorts. Son contratadas para una sala de Zaragoza en la que apenas duran una semana con un repertorio de canciones hispanoamericanas, algún tema pop y mucho baile. El dueño las despide aduciendo que son demasiado elegantes, su representante se desliga de ellas y alguna discográfica vaticina que no tienen ningún porvenir en esto de la música. María Mendiola tira de amistades y conocidos y logra que las contraten en el exclusivo Hotel Luxury, en la isla de Fuerteventura con la condición de incluir varios números de flamenquito para guiris en su show. Aquí se les va a aparecer la Virgen de los Artistas en forma de ejecutivo alemán.

 Se da la casualidad que en ese hotel pasa unos días Leon Deane, gerente de la RCA, que queda obnubilado con las mozas y les deja una tarjeta con la dirección de su discográfica en Hamburgo. Mayte y María no tienen nada que perder y un mes después se plantan allí. Hacen una prueba y los alemanes piensan que las dos españolas pueden ser un estupendo recambio para Boney M, Silver Convention y otras reinas de la discoteca lanzadas desde el país teutón bajo la etiqueta de Sonido Munich. Ponen a las dos chicas bajo la dirección de un joven compositor y director de orquesta, Rolf Soja y del letrista Frank Dostal. Preparan a marchas forzadas un single y un LP que van a meter a las dos españolas de cabeza en la leyenda. “Yes Sir, I can Boogie” (RCA, 1977) se erige en uno de los discos más vendidos en Europa en ese año, nº 1 en Alemania, Bélgica, Israel, Holanda, Suecia, Suiza y en octubre de 1977 llegarían a la cima de la lista de ventas británica. En Francia llegaría al nº 3 y unos meses más tarde encabezaría listas de ventas en lugares tan lejanos como Japón o Hong Kong. En España alucinaban. Nadie sabía quiénes eran y cuando ya el disco declinaba sus ventas en el extranjero, aquí nos enterábamos de su existencia y para noviembre ocupaban por fin también el nº 1 de ventas en nuestro país.

Poco después de la salida del single, aparece el LP “Baccara” (RCA, 1977) que redondearía las ventas millonarias y del que saldría su segundo single: “Sorry I’m a Lady” (RCA, 1977), que vendería más de cinco millones de copias, volvería a ser nº 1 en Alemania, Bélgica, Noruega y Holanda. Se metería también en el top 10 en Gran Bretaña y España. El diseño de imagen es muy cuidado. Mayte siempre de negro, María siempre de blanco y ambas moviéndose de maravilla. Susurros cargados de sensualidad, pronunciación inglesa ciertamente peculiar y sofisticación a flor de piel. Musicalmente, Soja y Dostal preparan temas de música disco trufada de elementos mexicanos que a los rubios del norte les venden como folclore español. Ellas cantan normalmente al unísono, superponiendo sus voces y las partes de una sola voz suelen corresponder a Mayte. Voces insinuantes que completan un producto perecedero, pero que no deja frio a la vieja Europa. En noviembre de 1977 representan a la República Federal Alemana en el Festival de Tokio que organizaba la Fundación Yamaha. Parten como favoritas con la canción “Mad in Madrid”; sin embargo, acaban en una de las últimas posiciones. La televisión nacional de Luxemburgo, previa votación mayoritaria de su público, elige a Baccara como su representante en Eurovisión 78, evento a celebrar en Paris. La discográfica RCA no sabe cómo agradecer los enormes beneficios que las dos españolas están suponiendo para sus arcas y les propone que la propia discográfica correrá con los gastos de sus vestidos. Mayte nos comenta que acuden a un desfile de la casa Christian Dior al que son invitadas junto a casas reales y lo más granado de la nobleza europea. Eligen un modelo blanco y el modisto, rompiendo las normas de su casa, accede a reproducirlo en negro para completar el vestuario eurovisivo. Con Rolf Soja como compositor y director de orquesta cantan “Parlez-vous Français?” que consigue el séptimo puesto. Pero el inapelable jurado de los compradores de discos convierte esta canción en la más vendida de aquella edición, repitiendo nº 1 en Bélgica y Suecia. La canción aparece como la guinda de su segundo LP: “Light My Fire” (RCA; 1978), menos brillante que el anterior, pero que mantiene las señas de identidad marcadas en el anterior.

Poco antes se había publicado también un sencillo con otra de las canciones más conocidas de su carrera: “The Devil Sent You to Laredo” (RCA, 1978), que conocería la doble versión en inglés y español. Todo va sobre ruedas para el dúo. Las televisiones de toda Europa se las rifan, sus galas les reportan importantes beneficios económicos y tienen lugar en las salas y discotecas más exclusivas. En Alemania se les concede el Premio Bambi que viene a reconocer a las principales figuras artísticas de aquel país.

 por Julián Molero.  

Por Chus Martínez.

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