Ir al contenido principal

Impulsos y desconexiones: Yesterday´s tomorrow


Are those days
those days where did they go..
they shuffled through our tarway
and they're here

are those days
those days they follow us apart..
and peer through our window
and they're here

and all our problems
they're here
are those nights
those nights they XXX to try
they crackle under our window
and they're here

then our yesterday's tomorrow
then our yesterday's tomorrow
then our yesterday's tomorrow
and they're here

and still we try
to reach for what is gone tonight
and they're here

this ain't right, determined to let life run dry
and every moment burned with that fire
and they're here

and then our yesterday's tomorrow
and then our yesterday's tomorrow
and then our yesterday's tomorrow
and they're here

and all our hoping,
all our wondering,
they're here 


Enormous skyscrapers will house residents and workers who happily go "for weeks" without setting foot on the ground. Streamlined, "hurricane-proof" houses will pivot on their foundations like weather vanes. The family car will turn into an airplane so easily that "a woman can do it in five minutes." Our wars will be fought by robots. And our living room furniture―waterproof, of course―will clean up with a squirt from the garden hose.

In Yesterday's Tomorrows Joseph J. Corn and Brian Horrigan explore the future as Americans earlier in the last century expected it to happen. Filled with vivid color images and lively text, the book is eloquent testimony to the confidence―and, at times, the naive faith―Americans have had in science and technology. The future that emerges here, the authors conclude, is one in which technology changes, but society and politics usually do not.

The authors draw on a wide variety of sources―popular-science magazines, science fiction, world fair exhibits, films, advertisements, and plans for things only dreamed of. From Jules Verne to the Jetsons, from a 500-passenger flying wing to an anti-aircraft flying buzz-saw, the vision of the future as seen through the eyes of the past demonstrates the play of the American imagination on the canvas of the future.
Yesterday´s tomorrow. The hungry saw. 2008. Tindersticks.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Los Matinales del circo Price.

¿Te acuerdas? Teatro circo price. El domingo 18 de noviembre de 1962, a las once de la mañana, fue un momento histórico: en él tuvo lugar la primera matinal del Price. Aunque se celebraban festivales en otras ciudades españolas, las matinales del Price de Madrid consiguieron categoría de modelo para todos los que montaban actos similares en otros lugares. Ello se debió a su organización y continuidad, pero también al espacio que les dedicó la prensa y a las dificultades que sus promotores tuvieron con diversas autoridades, las cuales desembocaron en su cierre definitivo antes de cumplir año y medio. Primer y último cartel de las matinales del Price Los Festivales del Price no fueron los primeros ni los que más ediciones tuvieron. Pero sí eran los mejor organizados, los más promocionados y los que se convir­tieron en el punto de mira de amantes y detractores de la nueva música. Como las peleas entre mods y rockers en Brighton, los festivales multitudinarios en Wig...

VIDA Festival cierra su cartel

VIDA Festival cierra el cartel de su tercera edición con su cartel más potente hasta la fecha. A todas las bandas ya confirmadas, se unen Devendra Banhart, Jagwar ma, Fumaça preta, The magician, Warhaus, Los punsetes, Las bistecs, Bigott, Mishima o Pavvla entre otros. Como cabezas de cartel The flaming lips, Fleet foxes y Phoenix y toda una colección de buenos músicos y artistas para los días 29 y 30 de Junio y 1 de Julio. Consigue tus abonos desde 70 euros en la web desl festival.

Las guitarras McJare

Las guitarras McJare Ramón Morán. Tengo ya más de sesenta años y, como tantos otros chicos a finales de los años cincuenta, estaba en el rollo de la música y los conjuntos. Las guitarras eléctricas por entonces disponibles (Azor, Super-Kustom y quizá alguna más) no eran buenas, algunas estaban hechas de Tablex y sonaban pésimamente. De los amplificadores mejor no hablar. La autarquía nos tenia todas las fronteras cerradas y de todas maneras, el poder adquisitivo de un chaval en esa época no permitía casi nada. No sé como conseguí la dirección de Fender en Fullerton, California, y les escribí pidiendo un catálogo. ¡Me lo mandaron! Cuando lo vi, me pareció que venía de otro planeta: ¡el paraíso de las guitarras existía!. Supe que, de un modo u otro, tendría una Stratocaster de aquellas. El problema era que en toda Europa no había ni una. Pues bien, un par de años después, en 1961 ó 1962, cuando Hank Marvin ya había conseguido la suya), vi un increíble anuncio por palab...