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La vida es popera. Bigott @ Sala Totem, (8/11/2014)

Las casualidades sí existen querido lector, el hecho de que estés leyendo esta especie de crónica sobre Bigott no es más que fruto de la casualidad de haberme cruzado el mismo día del concierto por la mañana con un pequeño cartel a la salida del trabajo, y la casualidad de que mi amiga Andrea tan melómana como yo tampoco tuviese guardia de urgencias ese día y decidiese acompañarme. Nuestras vidas ya no se miden en fines de semana, se miden en los días que tienes guardia, y los días que no. Y los que no, nos gusta ir a conciertos.

Siendo sincera poco sabíamos sobre Bigott en ese momento. Sabía que había escuchado un par de discos en algún momento de mi vida tal y como me recordó mi cuenta en 'rateyourmusic' donde les había puntuado 3 estrellas sobre 4,5 (el 5 siempre lo reservo para la música casposa :v), puntuación suficiente como para crearme la curiosidad de verlos en directo. Y mi amiga Andrea sabía que Bigott tenían una canción que se parecía a The Strokes. Porque se lo había contado yo. Pero no solo la curiosidad por el músico zaragozano nos movía a ir a la Sala Totem ese día, también nuestros sueños más húmedos ¿y si por fin conocíamos más gente melómana en la ciudad?, ¿y si al llegar a ese lugar, descubríamos un mundo popero subterráneo oculto más allá de Enrique Iglesias y Pitbull tantas veces reproducidos en bucle en los establecimientos reguetonianos de Pamplona?.

No había terminado de formularme todas esas preguntas mentalmente cuando ya estábamos montadas en el bus nº4 que nos llevaría al municipio de Villava donde se encuentra el polígono Landazabal y por lo tanto la Sala Totem. Eran las 9 menos cuarto de la noche cuando llegamos y el concierto empezaría a las 9. Perfecto, nos daría tiempo a tomarnos una cerveza primero. Tan solo había un pequeño detalle que nos extrañaba y rompía todo ese marco de perfección cuando alcanzamos la puerta... estaba cerrada, no había nadie, y las luces de la calle medio apagadas.


- Estoo, Cris ¿seguro qué es aquí?
- ¡Sí tía! es el sitio que marca el google map, y ahí pone Sala Totem, mira
- Entonces ¿por qué no hay nadie?
- Pues no lo sé, qué raro plima...

Desconcertante. Decidimos acercarnos a la puerta: ¡pum, pum, pum!, llamamos. Eco...
Al poco un sonido chirriante del ventanuco de la taquilla comenzó a oirse: ñiiiiiac, y los ojillos de una chica se asomaron.

- ¿qué quéreis?
-  puees, venimos a un concierto, ¿es aquí dónde van a tocar Bigott?
- ¿quien?
- Bigott
- Ah, ¿estos? (la chica de la taquilla coge un taco de entradas y nos enseña el nombre que aparece en ellas)
- ¡Sí!, son esos, ¿y sabes a qué hora empieza? en internet ponía a las 9
- Pues no lo sé, a las 10 supongo, ¿queréis entradas entonces?

Fue en ese momento cuando mi amiga Andrea me cogió del brazo, "nos pillamos ya las entradas ¿no?, ¡así luego no tenemos que hacer cola!". Miré a mi reloj, eran las 9:30, luego a mi alrededor y luego a mi amiga Andrea "en serio Andrea, EN SERIO crees que nos vamos a quedar sin entradas luego y tendremos que hacer cola XD". Así que nos fuimos a hacer tiempo y cenar mientras esperábamos a ver cómo se desarrollaban los acontecimientos. Finalmente y para nuestro alivio diversos modernitos comenzaron a aparecer, y ya más tranquilas nos cogimos el pase. Desde luego Pamplona todavía tiene mucho que aprender musicalmente, y dejar de someter a Pitbull a sus habitantes, que luego pasa lo que pasa.

Dentro una amplia sala de conciertos con una tarima de más o menos 1 metro y medio de alto con los instrumentos preprarados nos sorprendió, y mientras empezaba poco a poco a llenarse de un número aceptable (no diremos multitudinario) de gente, un chico delgado, con barba desaliñada, camisa de cuadros y con pinta de haber tenido algo más de pelo hace algunos años salió al escenario y se puso a hacer playback mientras acompañaba una canción ochentera con la batería. Ya nada me sorprendería, si habíamos pagado 13 euros por ver a un tío haciendo playback lo mejor era asumirlo lo antes posible y disfrutar de la cerveza, ¿dónde estaba la cámara oculta?. El caso es que el músico tenía un aire simpático y no tardamos en darnos cuenta de que se estaba quedando con nosotros y haciendo el tonto un rato. Por fin junto a Borja Laudo salió el resto de componentes de la banda a escena.

Canciones de su último disco "Pavement Tree" empezaron a sonar. Tocaban muy bien en directo para lo que a estas alturas esperábamos. "First Local Recording", "It's Ok", "Walking around", "Paper Kane"... Las disfrutamos todas. Tenían en directo ese aire popero con un regustillo a felicidad de la que desprenderías por la calle si fuese sonando la música a la vez que andas saludando a todo el mundo. Fue mi amiga Andrea la que llegó a la conclusión: "Cris, la vida es popera, ¿hay algún momento en el que no encajase este tipo de música? para ir en bici, para salir de fiesta, para follar, para..." y la verdad es que coincidí con ella.

Bromas de Borja Laudo se intercalaban entre las canciones, se trataba de un personaje entre gracioso y desconcertante, que imitaba el acento británico nivel tipo: preguntarme si de verdad era zaragozano o si era producto de haberse pinchado algo. Al público le caía simpático, no tenía ni puñetero sentido nada de lo que decía, pero sonaba gracioso así que no importaba. Yo también quería de esa mierda.

Navegábamos entre canción y canción, ya se nos había olvidado todo el percance de la puerta. Y tras bailar el single "Pavement Tree", de repente nos trasladamos a un concierto de The Strokes, ¡no me podéis decir que 'Find a Romance' no os recuerda!



Sin duda estábamos ante un buen músico con un singular y polivalente timbre de voz que bien valía los premios recibidos en 2005 otorgados por Mondosonoro. Temas de los discos anteriores también sonaron, "Oh yeahh!!". Fue toda esa combinación de simpatía, talento, pop y folk psicodélico con un toque de country espacial las que nos llevaron al final del concierto.

Desprendimiento de retina. Que alguien quite esos focos por dió.


El público se notaba satisfecho y al final Andrea y yo nos fuimos a casa contentas, con la sensación de haber presenciado un buen concierto y con la intención de volver a la Sala Totem. Al final todo había salido bien. Next stop: Supersubmarina.

Pink Freud.


*Video: actuación en Fest Mallorca

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