Una bonita y sorprendente noticia nos llamó la atención hace unos días, cuando el sello discográfico Light in the attic encontró al artista Lewis (Randall Wulff) después de que su nombre se volviera a hacer famoso entre los amantes de la música en Internet, gracias a la reedición de su disco Romantic Times, muchos años después que el músico se hubiera retirado.
Así funciona el sello. Artistas, grupos o discos que por una u otra razón en su momento no tuvieron el éxito o repercusión que merecían, son reeditados por el sello para darles una segunda oportunidad. Normalmente, la fórmula funciona. Y como en el caso de Lewis, años después, cuando se limitaba a dejar la vida correr en su casa tocando en sus ratos de aburrimiento la guitarra, tan solo es capaz de mostrar agradecimiento y desear toda la suerte del mundo a los creadores del proyecto, porque él ya "está fuera de todo eso". Pero no está nada mal que unos jovenzuelos vengan a conocerte 40 años después de que tu trabajo naciera para conocer tu historia y pedirte permiso para relanzar tu música.
Light in the attic fue creado en Seattle en el año 2002 por Matt Sullivan y Josh Wright. Pero la historia comienza en Madrid. Matt estuvo unos meses viviendo en la capital española mientras estudiaba y contactó con el sello Munster Records. Se ofreció a trabajar gratis para ellos durante su estancia en España a lo cual el sello accedió. Mientras se dedicaba a tratar con la prensa extranjera empezó a conocer bandas y más bandas que desconocía. Por lo que su sueño desde los 16 años de crear un sello discográfico se empezó a convertir en realidad.
Tres años después de aquella experiencia y junto a su amigo y socio Josh, nació Attic in the light. Pero ¿Cómo funciona?
"El primer paso consiste en encontrar un disco, aunque normalmente es
un amigo o un conocido quien nos habla de algo que ha encontrado y que
le ha encantado. Después debemos localizar a los propietarios de los
derechos, una tarea que nos lleva mucho tiempo y nos impide sacar el
disco más deprisa al mercado. También intentamos contactar con el
artista, aunque muchas veces ellos no poseen los derechos de su obra.
Piensa que este proceso de cerrar los derechos puede llevarnos desde 3
meses hasta 7 años. Habitualmente, los mejores discos son los que más
tardan.
Las reediciones de Rodríguez tardaron 4 años y la colección de
demos de Kris Kristofferson nos llevó 6 años, puesto que es un proceso
que necesita tiempo. Una vez la parte legal está solucionada, nos
sentamos y empezamos a revisar el material de archivo para el
“packaging” e intentamos encontrar los masters originales, aunque si no
están disponibles buscamos el mejor vinilo posible y masterizamos el
audio a partir de allí. Por último, tenemos que encontrar a alguien que
escriba un buen libreto para el álbum"
El caso de Rodriguez es curioso, porque cuando el sello comenzó a trabajar con su obra en 2005, nadie imaginaba que dos años después se rodaría una película documental sobre su vida " Searching for sugar man" que triunfaría en el festival de Sundance.
También se mima con esmero la presentación de los discos con textos explicativos y diseños de buen gusto. Un trabajo de alta delicadeza tanto emocional como profesional y que devuelve a nuestros días joyas del pasado que quizás nunca debieron olvidarse en el fondo de un cajón.
Te recomendamos darte una vuelta virtual por su catálogo y descubir algo que te llame la atención. Quien sabe, quizás uno de los mejores discos de tu vida aún está por descubrir.
Searching for Sugar Manque triunfaría en el festival de Sundance.
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