Resulta irónico que una web centrada en festivales de música, hable de que existe una burbuja y que está explotando. Sin embargo, no es incongruente ni falso. Es una realidad a la cual estamos asistiendo en este verano.
Queda feo escribir eso de " Ya lo decíamos..." pero no deja de ser verdad. Todos y cada uno de nosotros llevamos 3 veranos viendo como este momento se acercaba irremediablemente. La comparación es clara y directa con el mercado inmobiliario. Todos sabíamos que la burbuja estaba creciendo y que iba a explotar pero nadie decía nada mientras todos ganáramos dinero. Más y más pisos (festivales) en exceso para tan poco comprador... Resultado: se alcanza el pico de rentabilidad y los últimos en llegar se pegan contra el muro.
Este verano de 2014 nos hemos dado cuenta de la terrible realidad que asola nuestro país: existe un exceso de festivales de música en el cual es imposible que haya público suficiente para todos y cada uno de ellos, lo que se traduce en que varios festivales tengan que ser cancelados días antes de celebrarse y que el nivel de todos descienda peligrosamente. Pero focalicemos un poco el asunto, porque no existe una burbuja de todos los festivales, sino de los festivales de música "indie". Ahí radica el problema.
En apenas dos meses, hemos asisitido a la cancelación de 3 festivales apenas unos días antes de su realización. ¿Motivo? Falta de venta de entradas. Monafest, Ecopop y Jiwapop han sido las 3 primeras cabezas cortadas en este descenso que se nos viene encima. Pero no todos han caido por la misma causa como ahora veremos.
Pero, ¿quienes son los culpables?
1.Nosotros mismos. Es decir, las webs o medios especializados que nos dedicamos a esto. Porque nosotros somos los que damos visibilidad a todos estos eventos y ganamos con ello. Pero no nos engañemos, en este país nuestro, existen festivales de música hace años, muchos años (FIB ha celebrado este verano su 20 aniversario). Hace tan solo 5 años existían festivales para contar con los dedos de la mano y existía un público objetivo que cubría todos los festivales. Y las webs de festivales o similares pueden, podían y podrán seguir funcionando con ese número de festivales de hace años o con los que hay hoy en día. Resumiendo, el mercado ya existía antes del boom. Nosotros nos hemos aprovechado del mismo, pero ya estábamos ahí mucho antes.
2. Los propios festivales. A todos nos gusta ganar dinero, hacernos ricos rápidamente. De repente varios promotores (personas de negocios o buscavidas) se dieron cuenta de que montar un festival era el negocio del siglo. Todo el mundo preparaba sus vacaciones en función de a qué festival quería ir. Al final, casi daba igual que grupos trajeras, era un festival al que había que ir, para compartir en redes sociales y mantener el nivel postureo. Así que, se montó un festival en cada pueblo sustituyendo a la "Orquesta Nova" por Lori Meyers o Izal. Claro, si cada 30 kilómetros tienes el mismo evento, al tercer verano el público se ha cansado. Como en los pisos, el que llegó primero triunfó, el último murió, caso de Jiwapop por ejemplo.
3. Las discográficas y oficinas de management....Si, esos entes garrapatosos. Odiables y antipáticos a partes iguales que se aprovechan de la calidad (o no calidad) de los grupos o artistas para colocarlos en todos los festivales posibles durante el verano para sacar tajada. Ahhh, las discográficas grandes culpables de que los carteles sean idénticos al promover a sus bandas cada semana en un punto de la geografía española como si Rocio Jurado se tratara. Ellos, tienen gran parte de la culpa, si. Porque se amoldan a mover dos productos que funcionan, cerrando puertas a la diversidad. Pero acto seguido, volvemos a los festivales.
4. Los carteles. Juntemos a los promotores de festivales con las discográficas. De ahí sale el culpable de que el 90% de carteles de festivales sean idénticos.. Si una banda hace 40 conciertos en dos meses, es complicado que no los hayas visto anteriormente, por lo que a la tercera vez que te los encuentras en un cartel casi que mejor no vas a verlos. Y si decides hacer un cartel un tanto diferente...estás perdido. No puedes hacer un festival de música sin la santísima trinidad del indie español. No venderás entradas, caso del Mona Fest y morirás con las botas puestas.
5. Los macrofestivales baratos. Por un lado, han rejuvenecido el sector y le han dado una vuelta de tuerca. Han sabido adecuarse a los nuevos tiempos, esto es: menos dinero, público jóven y redes sociales. Por otro lado, han roto la baraja. Festivales que duran casi una semana con grupos medianos y mucha fiesta son mucho mejor que pequeños festivales casi artesanales que sobrevivían a duras penas y que han tenido que cerrar. Caso del Ecopop.
6. El público. Si, vosotros también habéis colaborado en esta burbuja. Nos incluímos como público también. Nos hemos convertido en gente sin apenas nivel de crítica, amoldados a festivales idénticos con carteles idénticos, con bandas idénticas. Incapaces de protestar, hemos ayudado a crear un monstruo que se devora a si mismo.
7. El indie. El indie ya no existe. Hace tiempo que no existe. Todos los grandes cabezas de cartel de festivales no son indie. Y los cabezas españoles, tampoco. Todos esos grupos que ahora ocupan primeras lineas de cartel eran los "El canto del loco" o "Amaral" (Oh, wait!) de hace 10 años en los 40 principales. No nos engañemos. Todo se ha reconvertido y hay más público en los festivales hoy en dia porque las bandas son más fáciles. Venga, usemos el manido término. Son más comerciales. Los festivales son en su mayor parte comerciales.
¿Y porque nos centramos en la escena "indie"? Porque el resto de estilos musicales tienen un target más reducido que ha sabido crear pocos festivales centrados en su estilo sin saturar su propio mercado. Han sabido mantener el equilibrio.
Sin embargo, la escena indie no ha sabido. Ha muerto, ha vuelto a nacer reconvertida ó en una verbena ó en algo repetido hasta la saciedad y volverá a morir.
¿Saben el dicho de las ratas y el barco?. Alguno que otro ya está cumpliéndolo.
¿Aún estamos a tiempo de detener esto? Quizás, pero sólo si desde arriba se es capaz de ver la situación. Arrimar el hombro en un acto de colaborismo y no de supervivencia y entender que no es viable un verano con más de 100 festivales donde la mitad repitan cartel.
Pensándolo friamente, creemos que la burbuja es tan grande que es irremediable que no explote convirtiéndose en pequeñas burbujas. Algunas sobrevivirán, otras desaparecerán.
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