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Mujeres y Kokoshca @Joy Eslava (9/2/2018)

Tal vez por un fallo de comunicación en los horarios del bolo, o por aparecer demasiados comunicados con diferentes horas para el mismo, la sala Joy Eslava no presentaba una gran afluencia de público a eso de las 21.00h, cuando estaba previsto el inicio del concierto de Kokoshca. Resultó ser un fallo afortunado para alguien agonizante y nervioso como yo, preparado para no encontrar un buen sitio en el emblemático salón madrileño a causa de nuestro 'pequeño retraso'. No tanto para los miembros de la banda que, tímidos, empezaron un poco más tarde teniendo que afrontar aquello de que 'somos poquitos hoy' que tanto odiarán decir los músicos. 

No obstante mi fallo fue más allá, atreviéndome a predecir que un concierto que empezaba de forma lenta y tonteando con el pop de Hay Una Luz, canción que incluso anuncia campanas de boda, no fuera suficiente calentamiento para lo que vendría después. Tal vez si me hubiera preocupado en indagar en la discografía del grupo navarro (no todo es Spotify, amigos), no habría tenido que empezar a pegar respingos, sorprendido, en cuanto subió el volumen del bajo y no hubo miedo a ser más ruidosos de lo que en principio parecían ser. Para cuando terminaba, y Amaia desataba su magnetismo como frontwoman (con permiso de Iñaki) prometiéndonos esperar por siempre bajo un ciprés, ya me habían conquistado. 

El magnetismo de Kokoshca
A partir de ahí, todo fue hacia arriba, y el escaso público que se veía con ganas de verlos con un sonido tan espectacular como el que gozaron durante una hora se convirtió en más y más curiosos que, o bien confundidos con la apertura de puertas, o retardados por las cañas previas, fueron abarrotando la sala progresivamente. Fueron desplegándose temas de su última referencia, Algo Real (Sonido Muchacho / Gran Sol, 2016), como Yo Nací, RBU o El Escultor, en un divertido crescendo que tonteaba a ratos con las atmósferas iniciales al estilo Chromatics para acabar más cercano al garage rock que aguardaba después. Para cuando sonaron la nostálgica No Queda Nada y la frenética Mi Consentido como hit de esta última referencia, la sala estaba caliente para agitarse con La Fuerza, todas ellas hilos conductores de un final al más puro estilo distorsionado, hooligan y coreable con esa No Volveré en la que los miembros de Mujeres se unieron, invitados, al cantar eso de '¡No volveré / Jamás / A ese lugar / No volveré / Jamás / Allí!'

Tras semejante calentamiento, más masticable y digerible que visceral aunque con el clímax perfecto para darles paso a ellos, lo de Mujeres fue 'poguear y cantar'. 10º aniversario de la banda, presentando un disco tan enorme como Un Sentimiento Importante (Sonido Muchacho, 2017) por primera vaz en la capital, una sala como la Joy abarrotada... Había ganas de garage, sudor y distorsión, y no se perdonó ni una gota. 

Ni una
Si ya cuando escribí esto sobre ellos en 2014 existía cierta devoción hacia la banda y petaron la Sala Clamores, las publicaciones del mencionado flamante nuevo álbum y de aquel Marathon (2015, Canadá) bien valen por ese estatus aumentado de reventar la sala más glamourosa de Madrid, por mucha sorpresa y emoción que desprendieran. No obstante, igual que yo no he temido releerme (era todo un gamberro), el ahora trío no tuvo reparos en combinar nuevos temazos como Vete Con Él (para abrir) o Dije Fácil con aquel hit hipervitaminado y superrápido del pasado que ya me levantó del suelo hace 4 años, Salvaje

Los recuerdos atrofiados por mi vida de psicodelia y pedales de guitarras no sabrían comparar acertadamente las dos agrupaciones, la de esta noche y la de aquella, en formato de cuarteto. Lo que sí tengo claro es que el ruido fue comparable y el volumen más que suficiente. Yago fue el miembro que más se atrevió a mostrar sus intensos feelings en este sentido, declarándose incapaz de alcanzar el nivel en la guitarra del miembro original, Martí, al tocar Vivir Sin Ti. Me sorprendió más, cabrones, que casi no la incluyerais en el disco. Yago no toca tan mal. Con esta y con Aquellos Ojos (¡como nos gusta corear!) se alcanzó un punto medio en el que el control de daños no daba a basto. Por supuesto, los pogos fueron ininterrumpidos de principio a fin, aunque se me han acabado los sinónimos para tratar los amasijos de piernas, brazos, pelos y sudor, y no apetece tampoco escribir sobre treintañeros desfasados con ganas de llamar de la atención

Yago
Arnau continuó aporreando la batería incansable, y por supuesto Pol se dio su baño de masas y hasta se atrevió con un 'solo de bajo' (las comillas son de bajista a bajista, Pol) que levantó los vítores de la masa. Un Sentimiento Importante y Siempre Eterno fueron probablemente el punto álgido de un concierto que ya es en nuestra escena nacional una marca registrada por los chavales que forman Mujeres. Y ¡como mola el estribillo de Ciudades y Cicatrices!; Yago: Me han informado / Devotos: Ohhhh NONONO / Y: De que estás equivocado / MASA: Ohhh NONONONOOO. Y ¡como Suenan (y sonaron) Espadas! cuando chocan los cuerpos, cuando el público intentaba seguir la letra de otro himno más, inteligible de nuevo hasta su estribillo, su parón y su explosión final. Y así me podría tirar... 

Pol
El show fue, en sí mismo, una celebración y a la vez una confirmación de que Mujeres son una banda que nunca ha dejado de crecer en empaque, calidad y popularidad. Un Sentimiento Importante es seguramente su mejor referencia hasta la fecha. Solo una 'pega', una observación. Optaron por dedicarse casi por completo a las canciones en castellano, rescatando tan solo unas 4-5 en inglés. Me pareció oír Blood Meridian de Mujeres (Venus in Furs, 2009), o tal vez la escuchase después de camino a casa, pero eché de menos la ya lejana Frantic o aquel descanso que suponía I Walked The Line hace no mucho, que supongo no es tan viable contando con una guitarra menos. No se, tal vez incluso personalmente me esperara menos referencias pasadas, para un concierto frenético que apenas llegó a la hora de duración, pero tíos, Feels Dead (Siento Muerte) no es tan vieja y hubiera entrado de muerte (jeje) en lo que fue todo un bolazo de rock de antaño, de música ya no tan vieja con zapatos nuevos. 

Arnau también corea
Fotos por Alberto León para Siberia en la Cabeza. 
Alv. 


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