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Teloneros y groupies


Primero gritan cuando ven a su ídolo sobre el escenario, cantan sus canciones sin fallo alguno, después intentan conseguir un inocente autógrafo, con el tiempo esperan a los artistas a la salida de los camerinos, los persiguen y los buscan por los clubs donde salen de fiesta tras los conciertos, prueban a ponerse en contacto con ellos y tienen la esperanza de llegar a tener cierta intimidad con esa persona que es objeto de deseo y admiración. Así nace y crece una groupie. En cualquier caso ya no son lo que eran, durante los años 60 y 70 hubo auténticas divas que retuvieron durante mucho tiempo los mayores secretos de las grandes estrellas. Robert Plant, vocalista de Led Zeppelin, diferenciaba entre dos tipos de chicas: “aquellas fans que sólo quieren un pequeño encuentro sexual y luego aquellas que nos adoptan por todo un tour, cuidando de nuestras drogas, vestuario, objetos de valor y vida social…”, estas últimas, sin duda, son las verdaderas groupies.


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HISTORIA DE AMOR, ROCK Y AMISTADES
VERANO DEL 82

… QUE FUE EL PREVIO, EL DECISIVO PARA QUE LUEGO SE PUDIERA LLEVAR A CABO LA GRABACIÓN DE AQUEL DISCO que por circunstancias de la vida (¿?) nunca sabremos por qué después de tanta molestia (eso sí, qué días en Madrid…) jamás se difundió.



Pero voy a empezar la historia como corresponde. Aunque me llamo Ana Alvarado, en el mundillo del pop-rock por aquel entonces, y aún ahora los más veteranos y amigos, se me conocía como ANALGÉSICA…. Fácil de adivinar, ¿no? De modo tácito, y puesto que los muchachos de Analgésicos eran unos descarriados, yo me ocupaba de recordarles después de la actuación y consiguiente juerga de toda la noche donde actuaban ese mismo día, así que, como he dicho, de modo tácito, llegué a ser casi como su representante. Tanto es así que en una ocasión incluso firmé un contrato para ellos en Medina, ¡qué ilegalidad, cuando no había ningun papel que a mí me permitiese eso…!

Analgésicos entonces tenían un éxito bárbaro: se les oía en Radio-3 de RNE (el famosísimo “FEVE”) y tenían ese encanto canallesco que les hacía irresistibles a las que entonces éramos jovencitas, y además hacían un pop duro consistente y con letras muy buenas. Ahora viene la historia de amor: yo estaba loca por Juanra (el guitarra, qué poderío) y me creía a pie juntillas aquello de la canción “YO tenía un novio que tocaba en un conjunto beat…” y también hay que pensar que para el momento tener un rollo con un músico pop era lo más… pero ni por ésas. Yo era la hermana de uno de sus mejores amigos y a mí todo el mundo me respetaba. Dicho lo cual, os podréis imaginar que me dediqué todo ese verano a prepararles de alguna manera las actuaciones, a no perderme ninguna (si mi antiguo dos caballos hablara….) a disfrutar de los grupos a los que taloneaban (Golpes Bajos, Radio Futura… todos de primerísima fila) y a ir de juerga noche tras noche con ellos. Ahí forjé también amistades entrañables con gente de otros grupos como Rafa Chail (Reflejos) o mis queridísimos Disidentes (yo siempre he tirado un poco más a punk ( a Luismi y Luix los sigo viendo) , a Kiko (Objetivo Perdido) (qué San Antolín, Kiko… )

Pasamos un verano como sólo se pasa a los 20 años, con mezcla de inconsciencia , mucha música y mucho viaje por Castilla y León. Luego vino el disco. Tres días en Madrid absolutamente surrealistas. A ratos en el estudio y a ratos en Rockola abordando a los famosos de entonces (yo siempre he tenido mucha cara) para que nos ayudasen a promocionarlo. Recuerdo con especial cariño una noche con Poch de Derribos Arias a quien prácticamente secuestré.

Ahora que se cumplen 20 años de ese disco, creo que, junto con las circunstancias que se están dando, sería un buen momento para desperezarnos un poco y aprender o recordar de lo que vivimos, porque NADA NOS DABA MIEDO NI NOS COHIBIA , y si no véanse las letras de las canciones.

Ya sé que me he puesto nostálgica, y a lo mejor se me pone dolor de cabeza… me autofagocitaré como buena ANALGESICA… todavía es el mejor piropo que se me puede decir.

Ana A.


 Fachadoliz

Si hubiera que señalar un principio o punto de partida para hablar del rock, el pop y derivados, durante la Transición bien podríamos empezar con Teja Enmohecida y "El" Niebla (así están los recuerdos, la memoria también).
¿Fue en los 70 o en los 80 cuando tocaron en la Sala Borja, Cucharada, grupo donde tocaba un Manolo Tena vestido de sevillana?
¿Fue en 1985 cuando un ladrillo cayó sobre el teclado del Mecano, Nacho Cano?).
Un grupo y un local, un bar, que anunciaban o eran la avanzadilla del cambio que en la sociedad se estaba produciendo (la música, a diferencia de la política, siempre va con los tiempos y las dictaduras como la de Franco en España sólo retrasan su inevitable llegada. A no ser que los fachas inventen algo para que esto no sea así).



AÑOS 70. Con un nombre que sonaba a grupo de música folk, Teja Enmohecida, se presentaba a principios de los 70 como otra orquesta de pachanga -era lo que abundaba-, repertorio basado en éxitos musicales principalmente anglosajones, sólo que, en su caso, con versiones de otros grupos distintos a los que hasta entonces se llevaba en lugar de Beatles o Rolling, de Janis Joplin, Jethtro Tull o Hendrix. Pero lo que marcaba una diferencia con respecto a las otras orquestas era su aspecto digamos "hippioso" (¡pelos largos!) o "progresivo" como el rock que iban a interpretar posteriormente (Pink Floyd, King Crimson...).
Por Teja pasarían músicos como Thor Santamaría, Pablo, Arturo, Cris, Miguel Orrasco -autor de los primeros temas propios del grupo-, Luis Moraleja -futuro integrante de (Paco) Clavel y Jazmín-, Oscar Astruga también conocido después como "el batería de Mecano", reputado y solicitado músico de sesión y acompañamiento. Estos y otros (Pancho, Luis Orduña) serían la cabeza visible de esa primera hornada de músicos de rock de la Transición (algunos todavía en activo).
En cuanto a "El" Niebla, fue el primer bar musical de la ciudad tal y como entendemos lo de musical actualmente, se encontraba situado en la esquina de Ruiz Hernández con la Universidad y fue el punto de reunión de hippys, post-hippys y los nuevos "enrollaos". La importancia de los bares siempre ha sido fundamental en el devenir musical de Valladolid, sobre todo en aquellos años, dando lugar a concentraciones de garitos llamadas zonas.
Una de las primeras fue la de San Juan, donde se reunía la juventud más o menos moderna, bastante politizada en aquel entonces, pero ya enarbolando el porro junto al chato de vino, es decir bares de toda la vida junto a los nuevos bares musicales. Y en sus calles se veía otra forma de vestir, se escuchaba otra forma de hablar... Entre los más famosos, y de los primeros, estaba El Ensayo donde sóno atronador el "God save the queen", de Sex Pistols, recién traído de Inglaterra por su dueño Pepe Nieto, local donde también empezarían a venderse entradas para los primeros conciertos de grupos de fuera de la ciudad.
Curiosamente, esta zona de San Juan era conocida allá por los años 40-50 como de "los tumultos" porque en ella se ejercía la prostitución; ahora en los 70 era el centro de la incipiente movida; después vendrían Cantarranas, Francisco Suárez...
En cuanto a las discotecas, Shout!, en Miguel Iscar, con un ambiente guatequero y música del momento.Pero sobre todo "el" 400, lo que ahora es la Sala Subterfugio, centro nocturno de la movida, la intensa vida nocturna de esta ciudad, de cuando se salía todos los días por la noche y no sólo los fines de semana.
Y la noche fue tan importante como los primeros conciertos de grupos procedentes de otras provincias españolas, los grupos que ya empezaban a marcar la pauta, el sonido de los nuevos tiempos que recorría el país.
Ya había muerto el dictador Franco (Un café como el Ideal Nacional en plena Plaza Mayor con el careto del asesino a la entrada acabaría por convertirse en centro de fumetas. La policía hasta ese momento entrenada para la búsqueda y captura del rojo no se enteraba, hasta que llegó el futuro jefe de todos ellos a nivel nacional, Rafael del Río, y les fue enseñando lo del canuto, no el de hacer la o) .
Y llegaban a esta ciudad grupos como la Companya Eléctrica Dharma, Música Urbana con Carles Benavent, la Orquesta Mirasol Colores -éstos en el mismísimo Teatro Calderón (olor de hachís en el gallinero)-, Iceberg, con Kitflus, ahora mano derecha de Serrat. O rockeros como Burning, Moris, Ramoncín y los W. C., los tres juntos en el Polideportivo Huerta del Rey, uno de los escenarios de estos primeros conciertos junto a la Playa de las Moreras, por donde también pasarían andaluces progresivos como Imán o Granada y más rockeros como Mermelada (el grupo de la actual J. Teixi Band) o el Teatro Valladolid donde se presentarían Kaka de Luxe y unos Aviador Dro que se dejaron ver por las calles de la ciudad con sus andares robóticos, sus monos de obrero y sus gafas futuristas mientras iban a la radio junto a Samuel Encinas, director del programa "Música Acida".
Había ya otros programas en la radio haciendo sonar pop y rock del momento (Disco Clan, Los superventas) pero en ellos no escucharías a Moby Grape, Grateful Dead o Comander Cody como sí sucedía en el programa de este también crítico musical para el periódico la Hoja del Lunes (después vendría Valiño o V. que de las dos formas firmaba en el Norte de Castilla).

AÑOS 80. La cosa musical empezaba a tomar cuerpo y a sentar las bases de lo que tenemos ahora. Desaparecido el 400, otras discotecas se apuntan a programar actuaciones, en el América (ahora Radiola) llegan Parálisis Permanente y un Loquillo y sus Trogoditas con permiso militar fin de semana, y por las mañanas los santaderinos Bloque, entre otros; en La Oka (ahora Mambo), Triana, La Mode y unos Radio Futura sin nada que ver, vestían petos plateados (look glam), con lo que luego serían (¿Y los sevillanos Storm? ¿vinieron? ¿dónde?).
Luego con el éxito de la "movida", éstos y otros grupos españoles pasarían por la ciudad ya fuera dentro de la programación de las ferias y fiestas (Tequila, Los Secretos, Alaska y Dinarama...) o fuera de ellas (Derribos Arias, Nacha Pop, Barón Rojo, Sex Museum).
Se monta Discos Foxy, luego vendría Discos K. Otras discotecas comienzan a ser la verdadera referencia del rollo: Ziggy, Landó o el Hippo, nuestro Rock Ola de provincias, por donde pasarían grupos internacionales como Toy Dolls, Jazz Butcher, Meteors, Godftahers, Inmaculate Fools, Smithereens, Inmates y el mismísimo Johnny Thunders, entre otros. Y esto es algo que se ha perdido actualmente: traer grupos de fuera aquí.
Radio Karibú, la perseguida radio pirata, comenzaba sus emisiones y traería a unos Siniestro Total que acababan de echar a Germán Coppini, y después a La Polla Records (el punk siempre tuvo un buen número de adeptos por estas tierras). Para paliar la falta de locales dedicados a la música en directo se monta El Cuarto de Estar instalado cerca de Zaratán (la misma nave que ocuparía tiempo despues la Komplot) donde El Ultimo de la Fila, en sus inicios, provocaría un llenazo histórico; donde también actuarían los suecos Nomads y otros grupos hasta su prematuro cierre, esta vez no por la policía, ni por broncas del público (el público no era como el de ahora, todavía no sabía estar en un concierto y mucho provocador gratuito también como pasó en el concierto de La Polla Records), sino por... eran ya mediados los 80, y otros intereses ("bisnes") se imponían al "rollo" de la movida.
La proliferación de bares, cafés, enrollados no cesa y se extiende por toda la ciudad (Cafetín, La Luna, La Calleja...).
Un ex-Nadie, monta un estudio de grabación, Armando Records; surge un sello discográfico, Flyer Records, de corta duración y donde Festi Davini publica su primer disco. El Pigalle, antiguo puticlub y actual Tío Molonio, se transforma en uno de los centros de la movida musical local. Se acaban los 80.
AÑOS 90. La cosa musical está normalizada, todo lo normalizada que puede estar en una ciudad de provincias. Una década que comenzaría con la llegada a la ciudad tres nombres claves, históricos, legendarios del rock (antes ya habían venido gente como Thin Lyzzy o Funkapolitan), conciertos organizados por Alberto y Pablo, los mismos que habían estado llevando el Hippo y a ellos les debemos el haber tenido aquí a Iggy Pop, Ramones e Ian Dury.
El resto es historia más conocida, aún no enmohecida, de recuerdos no tan neblinosos.


Tras Teja Enmohecida, formado con músicos procedentes de grupos como Raíces o Molécula, no tardarían en surgir otros que poco o nada tendría que ver con éstos y con las orquestas de pachanga sino con el rock y el pop del momento. Se perdió en calidad técnica, en formación musical, pero a cambio ofrecían un repertorio propio y un sonido acorde a los tiempos. Aún así parte de los de Teja se reciclan y forman Datura, un experimento más rock sinfónico y propio ya totalmente alejado de las versiones. Otros grupos en la misma onda que Teja Enmohecida fueron Papa Frita, con el legendario Patata a la batería y que llegarían a grabar para Chapa-Zafiro, Snoopy o los que se reunieron en el Polideportivo Huerta del Rey un día de 1977: Olid 96, Astros, Sauce, Sorpresa, Mac Gregor, Cosa Nostra dando la réplica, o la nota, al concierto que ese mismo día se celebraba en Las Moreras con Iceberg, Resurrección y Dimensión.
Con la llegada de los 80, estos grupos y músicos veteranos se dispersan o se centran en las orquestas de verbena.


Así en el 82 se celebra el primer concurso de Rock organizado por el Ayuntamiento, que será ganado por unos leoneses, Cardiacos, quedando segundos El Tren de la Bruja, en cuyas filas se encuentran futuros componentes de Objetivo Perdido, uno de los abanderados del pop local (otros: Reflejos, Exit, Automáticos, Mascarasmás, La Tregua, Mala Vida...).
Ya llegarían los rockers, y lo de que esta ciudad siempre fue muy rockera, dicho ya por envidia o porque era cierto.
Al año siguiente el concurso sería ganado por los Nadie, su simpática vestimenta a lo Blues Brother con gabardina se impondría a los punkys de Pelotón de Ejecución.
Ese mismo año se publica el disco, editado por el Ayuntamiento, "Valladolid 83", con canciones de Objetivo Perdido, Reflejos, Analgésicos (su cantante pasa la historia no escrita del rock local como protagonista, digamos, del fin de la aventura Standar Oil) y Disidentes, que firmaban la mejor canción del disco: "Asesinato".
En el 84, los ganadores son Fallen Idols o el triunfo del rock and roll.
En el 85 aún se celebraría un último concurso, sin interés para nadie.
Pero ya la actividad de los grupos en la ciudad era cada vez más importante; incluso se forma un colectivo, Standar Oil, donde varios grupos se reunen para buscar actuaciones, tener equipo propio... duraría año y medio y vendría a significar que los grupos de aquí no se llevan bien, que no hay unión.
Mejor suerte correría otra experiencia similar a principios de los 90 con el Colectivo de Bandas de Rock, con grupos afines ya fuera musical o ideológicamente: lo marginal une, las clases medias ya se sabe... Peras y macarras, pijos y chachos, poperos y rockeros, niños bien y punkys, entre estas dos facciones se dividían y repartían los grupos locales o la juventud, eso sí con una presencia mayoritaria de los segundos, aunque sean los primeros los que se suelen llevar el gato al agua.
Con "Carla", Los Nadie parece que van conseguir que un grupo vallisoletano tenga éxito en el resto del país, algo que no pasaba desde los 60 con Los Mismos. Fichan por Nuevos Medios, venden 1.000 copias en un mes, aparecen en el programa de televisión de García Tola... Pero como todo el mundo sabe, el que sería primer grupo vallisoletano en triunfar, después de Franco, iban a ser Celtas Cortos. Y ahí seguimos. Luego vendrían Greta y los Garbo, chicas lanzadas al estrellato desde las Delicias, voz privilegiada de su cantante, canciones de corte negro (soul) en el principio, luego de todo.
(El punk-rock contestatario siempre contó con una notable representación en los 80, en los 90 y en este nuevo siglo. A mediados de los 80, surge una banda llamada Cloaca Letal, formada no por jovencitos airados e inexpertos musicalmente, sino por músicos veteranos como Oscar Astruga o Charly Crespo y J.C.Martín, siendo el único nuevo su cantante, curioso personaje que convirtió el club de alterne donde trabajaba -enfrente del Olid Meliá- en un bar musical, sin chicas, para luego empuñar el micro en esta banda que miraban más al primer Ramoncín que a los auténticos grupos punk, pero su acierto con el nombre y el tema que daba nombre al grupo, "Valladolid, Cloaca Letal", les hicieron pasar a la historia o simplemente a ser recordados, aunque el experimento comercialmente, lo que buscaban, no funcionó).
Entre finales de los 80 y principios de los 90, el panorama musical local cuenta con un buen número de grupos, salir de aquí era una asignatura pendiente cuando no una obsesión. Mucho tuvo que ver en el impulso que tomaron en estos años la Sala Pigalle, con Germán al frente (la luna es más bonita vista desde fuera: su gran fiesta) por donde pasarían prácticamente todos los grupos locales existentes durante el tiempo que duró, al tiempo que retomaba lo de los concursos. Aquellos grupos al menos marcaron una época, la revista Primera Línea dedicaría un reportaje a la movida vallisoletana y el programa musical de la televisión catalana, Plastic, haría lo propio rodando en el Pigalle a Higadillos, Nadie y Retrovisores. El tirón de Celtas Cortos se notaba (En el Pigalle debutaría la Karton Boulevard Imbérica, nada que ver musicalmente con lo que hace actualmente, folk fusión europeo, iban de vanguardistas, experimentales). Podría decirse que gracias a ellos la vida musical salió de la apatía en la que había caído. Aunque la cosa continuaría con las mismas penurias, dificultades, pero eso sí el número no sólo no ha bajado sino que ha aumentado aún más. Hablemos de algunos de aquellos grupos.


FALLEN IDOLS.-
Ellos son uno de los pocos grupos vallisoletanos recordados, queridos y citados en la prensa especializada, llegaron a recibir el nombre de "la mejor banda de rock and roll vallisoletana de todos los tiempos", sobre todo una vez que se separaron, algo que quedó claro cuando hacia 1989 se editó el disco "The return of F. I.", con buenas críticas y ventas a nivel nacional. Buena parte de esta repercusión se debe a su cantante, Jimmy, imagen del grupo, quien cancelaría la banda y se trasladaría a Madrid donde formaría The Nativos junto a músicos de Pistones o Enemigos y con los que grabaría un mini-cd; además de mejorar como músico y cantante. Y es que F. I., al principio, no eran más que un grupo de amigos a los que les gustaba el rock and roll y tenían en Jimmy a un gran conocedor del género, sabía quien era Kim Fowley y esto es algo que ignoraban el 100 % de los músicos de aquella época. También formaba parte del grupo El Niño, reputado batería también trasladado a Madrid donde tocaría con distintos grupos como Sex Museum o toda la última etapa de Def Con Dos.

THE BUMPERS.-
La banda garagera por excelencia, la madurez del rock hecho aquí mejorando notablemente a aquellos ingenuos Fallen Idols. Varios de ellos venían de Primitive, que llegaron a telonear a La Polla Records en aquel memorable, en todos los aspectos, malos incluidos, concierto organizado por Radio Karibú. Sucedía a mediados de los 80. Contaban con un guitar-killer de primer orden como Jorge. Dro les publicaría varios singles y fueron toda una referencia para el rock vallisoletano, semillero, impulsor, instigador de futuras bandas como Rippers (con ese gran showman que es Txiki; y Elías, Germán, Mario, Horacio), La Jungla, Los Indios, Los Miembros... Unicos. Un clásico.

y muchos mas..............

OTRO SUELTO: ANTES DE LA TRANSICION: LOS 60.
De los músicos, música y movida musical que había en Valladolid antes de la explosión musical de la transición, poco se conoce, sobre todo si vamos más allá de los 60. Por conversaciones con gente ya mayor se sabe que no faltaban, en los 50, en los 40, orquestas de baile, que se bailaba rock and roll, twist o fox trot, junto al tango, chotis, pasodoble, copla o flamenco (nunca faltó el flamenco); había incluso concursos. Fiestas de barrio, fiestas de la ciudad, de los pueblos, ahí sonaba la música, y no podía faltar, claro, lo folklórico.
Para hablar de los 60 utilizaremos el trabajo realizado por Bernardino Rodríguez Nicolás "Valladolid 1960-1995: Las otras escuelas", presentado en el II Congreso de la Sociedad Ibérica de Etnomusicología en marzo de 1996. En él señala que la única música popular programada en la fiestas de la ciudad es la de las dulzainas y tamboriles que acompañan a los gigantes y cabezudos y al tío tragaldabas; además de "varias orquestas de primera categoría" en las verbenas que se celebran en la Pérgola del Campo Grande, "organizadas por la Asociación de Prensa bajo el patrocinio del Ayuntamiento". También llegan orquestas de otras regiones.
Pero en 1965, comienzan a aparecer grupos, "conjuntos" que se les llamaba, de "canción moderna", como figura en los programas de ferias para distinguirles de los otros. Uno de esos primeros grupos son Los Jollys, que tiempo después se convertirían en Los Mismos, el primer grupo vallisoletano en tener éxito. "El conjunto empieza a competir con la orquesta. La demanda rural de música joven es amplia. La actividad del músico de conjunto hace que este desarrolle una gran capacidad de reproducción. La lectura y escritura musical no se utilizan, aunque se conozca, en el mejor de los casos, algunos rudimentos de solfeo. El trabajo no falta y el publico aprecia la novedad del sonido obtenido con la colaboración de instrumentos eléctricos". Rodríguez fecha en 1996 grabaciones de maquetas en formato E. P. (extended play) con canciones
patrocinadas por comerciantes de la ciudad de grupos tocando versiones "con slogans publicitarios entre tema y tema".
Los "conjuntos" de aquellos años basan su repertorio en versiones de grupos como The Shadows, Beatles, Rolling, Animals, Ike & Tina Turner, Turtles, Spencer Davis Group... "El músico de conjunto, joven, se caracteriza por preferir las nuevas posibilidades de los nuevos instrumentos, y su interés, que no su trabajo final, se dirige a los artistas extranjeros". En 1969, cita Rodríguez Nicolás, se programa en ferias un concurso de "conjuntos músico-vocales". Varias salas de la ciudad programan también actuaciones de grupos y se inaugura "la primera discoteca pop: Eros Hall". Las radios comienzan a programar "música joven", una hora o dos. "La Voz de Valladolid emitirá durante todo el año festivales matutinos los domingo en el Cine Carrión donde intervienen grupos locales como Lagartos, Lazos, Licneo's." (Otros grupos de la época: Jalea Real, Ravens)
La música joven había llegado para quedarse y reflejo de su importancia es, como apunta Rodríguez, las retransmisiones en directo por televisión española de la II Feria Nacional del Disco que se celebra durante la Feria Regional de Muestras. En esta misma feria se celebraría un año después, el día de los medios informativos en el Teatro Valladolid donde se celebra el "Happening Mundo Joven" con la actuación de Cerebrum, Evolution, Círculos, John Walker y Oliver". Entramos en los 70, "los conjuntos locales viven en estos años su época dorada".

por BENITO CARRACEDO.
(extraído del libro “Crónica de Valladolid 1936-2000

Muchas gracias

Por Chus Martínez.

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